miércoles, 23 de septiembre de 2009

Lo que empieza, termina… PARTE II

¡Aló!, atinó a oír Javicho antes que la voz que se colaba por el auricular se quebrara y llorara. Era su papá. El identificador de llamadas del celular lo ayudó a saber que era él quien sufría. Y eso empezó a preocuparlo. No sabía cómo contarle lo que había sucedido. Supuso entonces que era algo terrible, porque su padre no es de los tipos que estila llorar por boberas, lo hace en una situación extrema, casi apocalíptica.
“Ese cdsm terminó con tu hermana”, le dijo furioso a Javicho su papá, hablándole de quien ahora podría decirse es su ex cuñado. La hermana de J, Renatha, descubrió que su esposo le era infiel, y Javi, ayudó a identificar a la causante de esta historia, penosa para la familia del tío, y feliz, para los nuevos enamorados, supongo.
J le dijo a su papá que lo entiende, que también se sentía mal, porque comparte el dolor de su hermana. Le pidió no desfallecer y retomar fuerzas para animar a su hija, que ahora, como cuando era niña, lo necesita para sacarla de aprietos, un aprieto bastante grande.
A Javicho, su viejo le pidió llamar a su hermana. Y lo hizo. Timbró hasta en tres ocasiones y no respondía. Comprendió que no quería hablar con nadie, ni oír consejos que en este escenario se pintan de estúpidos. Sin embargo, insistió. Ella le contestó con la voz delatora del llanto. Ahora era J quien no sabía cómo abordarla.
La mala costumbre de no telefonearse seguido la hacía sospechar a Renatha que Javicho la llamaba por algo importante. Y en verdad era así. Le importaba saber cómo estaba ella, si había dejado de llorar o aún lloraba por la ruptura unilateral de la relación.
“La vida nos trata bien y mal. Pero cuando nos trata mal estamos obligados a enfrentarla y ganar”, le dijo Javier a Renatha ensayando un consejo salido del afán de consolar a mi hermana. “Gracias hermanito”, contestó ella, tratándolo con una ternura que afortunadamente no abandonó cuando saltó de niña a mujer y que Javi degustaba cuando ambos éramos infantes.
Cuando Javicho -después de la pichanga del sábado- me contó este avinagrado episodio terminé de convencerme que ciertamente todo, absolutamente todo lo que empieza, en algún momento termina. Algunas historias toman un atajo y se van al diablo antes de lo esperado. Otras, le dan largas a la vida, y en una lucha encarnizada entre las alegrías y tristezas, llegan a pintar canas y modelar arrugas.
De regreso a casa, y mientras me duchaba recibí la llamada de Paco al celular. Me pidió que nos viéramos por la noche y así fue. La charla con Paco me ayudó a redondear la idea del inicio y el fin. Paco, hace menos de un año se pegó una tremenda borrachera, luego que su entonces enamorada lo cortara. Pero el fin de semana, una película romanticona lo llevó de regreso al pasado, torturándolo.
“Te pienso a las seis y quince de la tarde de todos los días como cuando tomamos el último café lejos de donde nos conocimos. Te veo en todas las malditas calles por donde caminamos y corrimos, en sitios anti románticos donde también compartimos ratos juntos. Y me pregunto por qué terminó, por qué carajo esta historia también tuvo que llegar a su fin, cuando habíamos planeado atajarla a mitad de camino y bloquear todas las rutas que llevaban al precipicio”, decía un párrafo escrito por Paco que me prestó para transcribir en este blog, y que lo escribió después de ver la peli y recordar a Dariana, su ex.
Pese a los lamentos de Paco, y al ánimo del tío de repetir la bomba chelera, entendí que el fin suele ganarle la batalla a las historias que navegan viento en popa.
Habría que preguntarse cómo carajo él se olvidó de pronto arrancar una flor de un jardín extraño para llevárselo a la mujer que dice amar. En qué momento perdió el interés por cometer una locura de amor. Cuándo es que se dijo “nunca más compraré un peluche”. Por qué ya no la invita a ver una lluvia de estrellas o simplemente, la luna estacionada. Qué sucedió para que el amor se derritiera y el fin reinara. ¿Qué pasó?...

3 comentarios:

LocamenteCuerda dijo...

Una pregunta más sin respuesta ... cómo decir ¿quién creó el mundo? ... manyas ???

Leunam dijo...

Jajajaja! yo creo que si hay respuestas; son complicadas las relaciones sobre todo con el paso del tiempo; no todos tenemos la misma capacidad para amar, son facultades de fábrica, no las podemos cambiar.

Claudia dijo...

Todos tenemos capacidad para amar, y muy a nuestro estilo :) amamos por que es innato en el hombre, porque se nos da la gana y por querer dar la contra, amamos por desafío, por amor, por odio, y rencor, todos los sentimientos parten y nos llevan hacia eso: el amor.
Saludos chicos bloggers!